Toda una Vida dedicada a la Enseñanza
Eduardo Arango, Forjador de Artistas
Después de 43 años de vida claretiana, el profesor Eduardo Arango sigue siendo el referente artístico del colegio. El egresado claretiano Hernando Urriago, hoy poeta, ensayista y docente universitario, manifiesta: “El rigor y la sonrisa son los distintivos del maestro, quien a su gran talento plástico une su innata vocación por la enseñanza del dibujo y la pintura. Él ha sido estímulo y camino para muchas generaciones de grandes artistas claretianos”.
Exigente, a la vez que cercano y asertivo en su comunicación con los estudiantes. Muchos que hoy son artistas plásticos, como Daniel Prado, así lo reconocen: “Eduardo es un maestro especial y único. Lo recuerdo con su sonrisa y mirada acogedoras, el abrazo sincero y un apretón de manos firme. Primero maestro y luego compañero. Fiel a sus ideales. Muy pulcro y profesional en el trazo y exigente en su obra. Un guía en mi formación como artista. Desde muy temprano, él vio en mí el don de las artes, el don de la creatividad. Y más importante aún: la necesidad de no estar inmerso en las masas. Supo valorar y apreciar mis inquietudes. Eduardo es símbolo de la historia claretiana, de la vigencia artística. Es experiencia y sabiduría al servicio de la educación artística del colegio”.
De igual manera, algunos estudiantes del grado Noveno manifestaron su admiración por el maestro Eduardo Arango: David Alejandro Giraldo afirma que “es un profesor con mucha energía y con mucha pasión por lo que hace”. Ante lo cual, Valeria Muñoz dice: “él quiere transmitir su experiencia a los estudiantes, y por eso es muy bueno en lo que hace”. Así mismo, Sebastián Cartagena asegura: “su exigencia lo hace un gran maestro” y Juan Camilo Alzate puntualiza: “es un profesor muy organizado”. Finalmente, Sebastián Quintero concluye que, con todo lo anterior, “el maestro pretende que sus estudiantes lleguen a la perfección”.
Eduardo, ¿desde cuándo en el Claret?
Llegué al Claret en 1974. Me convocó el profesor Humberto Calvache (Q.E.P.D.), que ya conocía mi trabajo y, en ese entonces, era el secretario del colegio. Fue el antecesor de María del Carmen en ese cargo, la actual coordinadora administrativa. A él lo conocí a través de Reinaldo Emilio Polo, compañero de trabajo en el colegio San Fernando Rey, que -siendo licenciado en Biología- fungía en el Claret como profesor de Dibujo. Yo empecé aquí enseñando Dibujo y Matemáticas. El rector en esa época era el Padre Manuel María Mesa.
¿No había profesor especializado en Artes en el colegio antes de su llegada?
Sí, durante 8 años la clase de dibujo estuvo a cargo del Hermano Gonzalo Nieto, un religioso erudito, autodidacta en artes. Cuando llegué yo, trabajamos dos años juntos. Después, el Padre Mesa lo asignó a labores logísticas. En honor a él (que falleció en 1978) le dimos el nombre a la Escuela de Formación Artística: “Gonzalo Nieto”, que fundé en 1988 y que funcionó ininterrumpidamente, en contra-jornada, durante 29 años.
¿Por qué se acabó la Escuela de Formación Artística “Gonzalo Nieto”?
Parece que hubo diferencias a nivel administrativo.
¿Estabas apenas empezando como docente?
No, mi primera experiencia docente fue cuando, siendo todavía estudiante en Bellas Artes, tuve que enseñarles a mis compañeros, porque el profesor asignado no era de Arte. Ahí empecé a hacerme conocer como artista y como docente. Al graduarme, me fui a Santa Mariana de Jesús y al San Fernando Rey a enseñar Música y Arte. Y luego me vine para acá.
¿Qué estudió, Eduardo?
A los 16 años me gradué en Artes Plásticas en Bellas Artes. El mismo día me gradué como bachiller en el colegio público José Manuel Saavedra Galindo. Luego de lo cual estudié Química, con énfasis en Química de Polímeros. Después hice una licenciatura en Dibujo mecánico y de la construcción en Univalle. Seguidamente estudié Máquinas y herramientas de control numérico a través de computador, en el SENA. Posteriormente, hice Administración educativa en la Universidad San Buenaventura. También he hecho Fotografía en tres niveles en el Museo de Arte Moderno La Tertulia. Y algunos estudios en el exterior.
¿Cómo ha sido su experiencia en el colegio?
Son ya 43 años en el Claret. Aunque interrumpidos en dos ocasiones. En 1986, gracias a una Beca que me gané, me fui un año a estudiar a la Universidad Estatal de Nacogdoches, en Texas, e hice un posgrado en Artes en Henderson, Nevada. Y en el 96 volví a Henderson a presentar una investigación sobre “Las artes plásticas para los ciegos”.
Aquí tuvimos una magnifica experiencia con dos estudiantes invidentes que, además, eran músicos: Carlos Parra y Miguel Ángel (que años después fue director artístico del colegio Comfandi). La vida me dio esta oportunidad de enseñarles a “ver” la pintura. Toda una novedad que considero parte del éxito de mi trabajo. Esta gran experiencia con la investigación y el trabajo con estos jóvenes me dio la oportunidad de trabajar en la universidad.
¿Ha sido docente en la Universidad?
Llevo 13 años en la Autónoma de Occidente, en Ingenierías. Soy auxiliar de investigación general. Trabajo en diseño de máquinas y en dibujo técnico asistido por computador.
¿Qué le da satisfacción en este momento?
Cuando uno es artista, una de las principales satisfacciones es poder exponer sus obras. Y yo tuve la oportunidad de exponer las mías en el Centro Colombo Americano y en el Centro Colombo Francés. También me da gran satisfacción haber tenido en Bellas Artes docentes que hoy son Grandes Maestros del Arte, como Hernando Tejada, Bernardino Labrada, Juan Fernando Polo, Braulio Carabalí, Ernesto Buzzi, entre otros.
Y, como docente, me da satisfacción el sinnúmero de egresados arquitectos e ingenieros exitosos que, en su mayoría, han tenido la semilla aquí en el colegio. Por ejemplo, en este momento estoy construyendo mi casa de campo y tres egresados: Juan Jacobo Sterling, Javier Mosquera y Emmanuel Niño, arquitectos ellos, se hicieron cargo, con una pasión y profesionalismo indescriptibles. No me dejan tocar nada, porque quieren responsabilizarse ellos de su construcción y acabado. Eso me tiene muy feliz y orgulloso como docente y como ser humano.
![]() |
Omar Valdivieso, |
De igual manera, me llena de mucha alegría saber de Gilberto Montoya, que es médico investigador en un hospital muy grande en San Francisco (USA); Marino Ocoró, que con dificultades increíbles de visión (por ejemplo, para leer tenía que acercar el texto a 10 cms. de sus ojos), es hoy un exitoso ingeniero mecánico, con posgrado en Mecanismos; Juan Felipe Bedoya (cuyos impactantes dibujos grabados en los pupitres se perdían cuando tenía que borrarlos -no existía entonces el celular), con todas las dificultades académicas que presentaba, es actualmente un brillante ilustrador, maestro de diseño gráfico y uno de los mejores muralistas de Colombia, gracias a lo cual está recorriendo el mundo con sus exposiciones de Arte; Camilo Casas, excelente estudiante, aún mejor ser humano, fue Mención de honor en el III Festival Internacional de Muralismo, celebrado en Cali, hace algún tiempo; Daniel Prado, egresado de Bellas Artes en Diseño Gráfico; Héctor Cañón, un artista de mucho renombre, radicado en Perú. Y así, una larga lista de grandes claretianos.
¿Cree que la Escuela Gonzalo Nieto influenció el destino de estos egresados que hoy son artistas plásticos, arquitectos…?
Ellos mismos así lo manifiestan. La Escuela de Formación les dio el compás para tomar la decisión de su carrera, pero sin dejar de tener en cuenta el trabajo de fundamentación de las clases regulares.
Aparte de los motivos anteriores, ¿por qué se siente bien en el colegio Claret?
Me gusta el clima laboral. La camaradería con los compañeros de trabajo, hay cofradía. Y porque los estudiantes, aunque no les guste mucho el dibujo, ni tengan la aptitud, demuestran muy buena actitud.
¿Tiene hijos artistas?
Tengo tres hijas. A la mayor le gusta el arte, y lo hace, pero como hobby. Es gerente bancaria. La menor es diseñadora. Es gerente de Colempaques, donde pone en práctica sus aptitudes artísticas. A mi otra hija le gusta el arte, pero como espectadora.
¿Qué más ha hecho en el colegio?
Pertenecí al grupo Scout. Para los docentes, ser Scout era todo un galardón. El padre Óscar Vélez, rector en una época importante del colegio (hoy Obispo de Valledupar), me invitó a participar. Nunca había tenido esta experiencia. Tuve una preparación de un año en la Regional, después de lo cual me hice dirigente Róver Scout del Valle del Cauca. Después de esto, fundé el Grupo Róver Claretiano.
Igualmente, tuve una hermosa experiencia como docente en el Colegio Claret Satélite (en el Distrito de Aguablanca), que hoy día no existe. También allí graduamos grandes talentos artísticos, que actualmente son diseñadores gráficos, fotógrafos.