Al finalizar la secundaria, algunos estudiantes optarán por profesiones en las que escribir será una prioridad; entre éstas, periodismo y comunicación. Además, sabemos que una de las quejas más frecuentes de los docentes universitarios de los primeros semestres, en todas las carreras, es –justamente- que los “primíparos” tienen muchas dificultades escriturales. Esto, no obstante el esfuerzo que hacemos todos los docentes de lenguaje en las aulas por afianzar esta competencia en nuestros niños y jóvenes de primaria y bachillerato.
De acuerdo con lo anterior, la Diversificación en Periodismo y Comunicación es un excelente pretexto para fortalecer en los estudiantes no sólo la competencia escritora, sino también –y en consecuencia- la lectora, pues, a mi juicio, son interdependientes, ya que la primera exige de la segunda si de escribir formalmente se trata. Por consiguiente, este espacio les permite a ellos acercarse de manera más personalizada a las herramientas y estrategias de lectura y escritura que, por el apremio del tiempo de las clases, no siempre se les proporciona. Y si su interés principal es orientarse hacia la comunicación escrita, los y las jóvenes de esta diversificación tendrán la oportunidad de familiarizarse con las estructuras textuales del género periodístico en particular, tanto escrito como radial y audiovisual.
Por otro lado, es imperativo que el proceso de enseñanza-aprendizaje de la escritura vaya amarrado a una intencionalidad, y qué mejor si ésta la posibilita un periódico escolar o la página web institucional que, a la vez que hacen competentes a los productores de textos, motivan la lectura en los diferentes estamentos de la comunidad educativa claretiana. Además, el colegio Claret cuenta con egresados que hoy día son comunicadores sociales y/o periodistas en los diferentes medios masivos de la ciudad y que están dispuestos a poner su granito de arena con asesorías y talleres gratuitos para que esta posibilidad se haga realidad, lo cual es una oportunidad inaplazable.
La escritura para que tenga sentido tiene que tener intención. Y la intención tiene un por qué y un para qué. Por qué escribo (situaciones o sentimientos que observo y me incomodan, me gustan o me inspiran y me llevan a la producción escrita) y para qué escribo (quiero lograr algo con mi texto: persuadir o disuadir, informar o entretener, o simplemente generar un sentimiento en alguien) tienen que estar presentes en el PLAN DE ESCRITURA de quien pretende escribir o hacer un discurso oral. Este grupo de DIVERSIFICACIÓN EN PERIODISMO está apenas naciendo, pero hay "madera", hay madera. ¡Congratulaciones!
ResponderEliminar